La experiencia de la vida puede resultar fascinante hasta en su último aliento, y las experiencias eróticas siempre han estado en el centro de un mundo efímero, donde los poderosos las utilizan para resistir al tiempo. A veces los creadores se sienten acabados y ciertas vivencias les resucitan siendo preferible el ruido, que el silencio.
Toda obra literaria se alimenta se situaciones vitales, o surrealistas, y el creador debe de implicarse en ambas, pues la racionalidad se percibe como sensatez, pero se complementa con lo insensato.
El estado de derecho se está destruyendo y los ciudadanos se limitan a denunciarlo, o a refugiarse en nacionalismos retrógrados, sin analizar el poder que poseen con un voto reflexivo y evolutivo, en aras de una convivencia de igualdad, y con valores superiores a los actuales dando prioridad al pensamiento de que la vida es efímera, y en su corto trayecto no se puede desperdiciar el tiempo en pequeñeces egoístas. Sin esa toma de consciencia pienso que será muy difícil la evolución global.
Estoy de acuerdo con el autor: ficción y no ficción se entremezclan en cualquier obra. Lo que me parece más auténtico es el saber reírse de uno mismo pues creo que esa forma de actuar refleja la verdadera evolución.
Los escritores deberían de expresarse con total libertad siendo sinceros con ellos mismos.
La obra de Munch refleja la angustia y desesperación, del ser humano con toda su crudeza, aunque en alguno de sus trabajos como «Atardecer» nos transmite una tristeza sosegada donde los matices del color suavizan la escena.
Pintura expresionista, Paisaje Composición. Nely García
EXPRESIONISMO LITERARIO Y PICTÓRICO 